ARPEGIOS
Lucía García Moral
Frente al espejo, como cada
mañana, Julia desliza el peine suavemente por su larga y abundante melena. De
repente, escucha unas voces desafinadas. Las notas, enredadas en su oscuro
cabello se quejan molestas, saltando y escondiéndose, entre los mechones.
Recuerdaentoncesel sueño; el mismo
sueño que la asalta cada noche. La voz del músico susurra para ella aquella canción… una dulce y hermosa emoción tan solo comparable
con la callada melodía que desprende su mirada, creando una perfecta armonía
entre los dos.
Me alegro de que vuelvas a escalar con pinceles.
ResponderEliminarDe a poco a poco maestro.
EliminarUn abrazo!
Buena música para el alma, felicidades. El dibujo es como una fuente fresca.
ResponderEliminarAna
Gracias, así da gusto hacer entradas :)
EliminarGenial...
ResponderEliminarGrache!
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